Últimamente parece que estoy especializado en Obituarios…; Siempre en estos casos me gusta traer la perspectiva de Murakami: la vida es un viaje entre las dos orillas que separan un lago.
Es obligado decir que, con el legado de la poesía de las canciones de Robe, contextualizadas en una música pura que te zarandea desde la ternura de sus acordes más íntimos hasta el rasgado de tripas que produce el subidón eufórico de su banda a toda potencia, su huella es la de mi generación. Una generación que vio y vivió la transformación de un país que creyó posible la reconciliación de esas dos Españas bajo el poder transformador de la música pura. Que nos comimos nuestra mierda, para no enmarronar la vida de los demás, y que desde la resaca de la depresión se agarro al salvavidas de la belleza en lo cotidiano de lo inmaterial que cada día te impulsa hacia la necesidad de ser mejores personas. DEP
Foto tomada del País.
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