En el coche conversación sobre los tiempos que corren, el país en el que vivimos, país del trapicheo y los pícaros tunantes nos ponen mas cerca del reino de Marruecos que de la decadente Francia… Pero sobre todo en lo que nos fijamos en el primaveral día que ha salido.
Llegamos a la estación de San Isidro. Contacto con Pablo, que ya está esquiando, y nosotros calzamos las pieles y subimos por la derecha foqueando hacia Cebolledo para bajar hacia Riopinos por la ladera de la izquierda de los Rebecos. Llega Pablo y nos comenta que lo mejor es subir al Roldán donde la nieve está sin transformar. Subo delante y tiro para la cumbre del Roldán tras atravesar unas plaquillas heladas. Ellos cambian de idea y se desvían hacia una hermosa pala del Agujas, por donde han visto bajar a una pareja.
Bajo de nuevo hasta su huella. La nieve semi-costra en esta orientación NW se deja esquiar pero no muy relajado. Vuelvo a poner las pieles y subo de nuevo para hacer con ellos la pala. Amaya se asoma a la pendiente que comienza con un poco de plaquilla helada y prudentemente prefiere bajar por donde subimos. Es su estreno travesero y está encantada: buena nieve en la pala y el bullicio de los esquiadores de pista en el fondo del valle.
La pala es muy buena. La nieve 20 centimetros de polvo sobre placa helada debajo: perfecta. Bajamos la pala, después atravesamos a media ladera del Roldán con alguna que otro piedra hacia la izquierda, para coger otra pala menos pendiente: ¡Vaya nieve!
Pablo me dice que hay que aprovechar que una nieve como esta no se sabe cuando se vuelve a tener...así que para arriba de nuevo. Estoy cansado y no quiero hacer esperar a Rubén y Amaia, pero insisten en que suba, que me esperan en el coche. Volvemos a subir hablando de nuestras historias y llegamos de nuevo arriba de la pala. Busco mas a la derecha y me tropiezo con roca, voy un poco más a la derecha y ya está limpio. Empiezo a bajar y se me traban un poco las colas: no se si es problema de mi estilo de las tablas Trab alti-plume, de la placa helada de abajo o de todo un poco, así que en lugar de hacer giros conteniendo la velocidad, me digo: de frente, giros cortos en aceleración. Me enchufo demasiado para lo cansado que voy. Así que de repente me veo por el aire: doble mortal para delante con apoyo de cabeza. El cuello me cruje en el primer mortal, en el segundo ya no cruje ¿?? ¡Vaya susto! por poco me parto el cuello ¡??. Por suerte nada de eso pasó.
Pablo me dice que coja su forfait para subir en la silla, pero conmocionado como estoy, prefiero no parar (tengo miedo que si me paro se me escape la medula espinal y quede tieso ¿????).
Subimos de nuevo hacia Cebolledo con el cuello hecho polvo y las pieles haciéndome unos zuecos de la leche. Menos mal que Pablo va ejerciendo de buen Samaritano y me ayuda a quitar los zuecos. Bajamos por la estación al parking. Pablo se queda arriba con la familia y yo llego al coche donde les cuento la película a mis amigos. Les prometo además que les montaré un video con las fotos que les hice.
Y como lo prometido es deuda pues ahí va el vídeo:
Esqui San Isidro-Pico Roldán y Agujas from Francisco jJosé on Vimeo.