domingo, 5 de abril de 2020

Algunas preguntas y algunas respuestas sobre el sunami chino Covid-19, cuando nos acercamos a la cuarta semana de confinamiento en España.


Había planificado mi operación de prótesis de cadera completa tipo BHR (Birmingham Hip Resurfacing) tanto temporal como sus prestaciones: la operación fue programada para el 18 de febrero de 2020 y fue llevada con éxito por el Dr. Vicente Fernández Moral en la Clínica Asturias. Sin embargo, todo se precipitó cuando hizo su aparición el Coronavirus de Wuhan, tristemente conocido oficialmente con COVDI-19. 

Mi decadencia física había empezado cuando cumplí los 47 años, sino antes, aunque para mí de forma más imperceptible. Por aquel tiempo cuando seguía mi rutina de entrenamiento diario al final de los ejercicios aeróbicos siempre acababa cojeando de mi pierna izquierda. Pensaba que si la fascia lata, que si los playeros. El detonante para el parón deportivo fue cuando preparando la carrera de los 10.000 del Soplao en Cabazón de la Sal (Cantabria) de vuelta de una escapada primaveral a Valdegobía, me puse a trotar por una playa entre Cantabria y el País Vasco y vi que cojeaba ostensiblemente. Así que puse punto final a las carreras de montaña. 

¿Qué pasaría a partir de ahora? La idea era adaptarme a las circunstancias. Para ello tenía que buscar respuestas a algunas preguntas evidentes:
¿Por qué cojeaba? ¿Qué soluciones había? ¿Cómo me podía adaptar a las nuevas circunstancias?

Después de barajar varias hipótesis y de realizar las posibles pruebas confirmativas los médicos llegaron a la conclusión que tenía coartrosis bilateral tipo CAM o (artrosis de cadera) probablemente de origen genético junto con una hernia discal L5S1. Seguramente mis dolencias se derivaban de mi falta de sentido común a la hora de hacer deporte, que bajo el principio máximo: Not pain no gain, me había llevado por la senda de los que tienen que dejar de hacer deporte antes de tiempo…La solución temporal era engañar al dolor con antinflamatorios e intentar seguir practicando los deportes que pudiera, con el fin último de mantenerme mentalmente estable. Si es que en algún momento dado de mi vida he sido una persona mentalmente estable. La práctica deportiva de la escalada, las rutas BTT, los paseos por la montaña y el esquí alpino y de travesía me permitirían seguir el principio griego de mente sana, cuerpo sano por lo menos durante algún tiempo. Sin embargo, la coartrosis es una enfermedad degenerativa que va progresando (cada día duele más) y la ecuación dolor+ejercicio=más dosis de antinflamatorios conduce inexorablemente a menos deporte, y esto a más decadencia física y esto a más decadencia mental, que intenté compensar con más lectura, más pintura y más geología.

No obstante, como comentaba al principio, cuando encontré la causa y el médico traumatólogo que me ofrecía más confianza, tras una primera intervención el año pasado en la que me practico una artroscopia fallida, viendo el estado avanzado de la artrosis en la cadera izquierda decidimos intervenir para tener éxito en la implantación de la prótesis tipo BHR. Este tipo de prótesis requiere tener el hueso sano (sin osteoporosis) y es más apta para el deporte que las convencionales porque es menos invasiva y no tiene membrana de separación entre las dos esferas metálicas de cromo-molibdeno que se colocan en el acetábulo y en la cabeza del fémur, respectivamente.
La operación fue un éxito. A pesar de ello, nunca pasé más dolores en mi vida que las 36 horas después de la operación. No me calmaron ni con morfina la primera noche…Pero todo pasa. Pasó la primera semana, el octavo día ya salí a caminar cuatrocientos metros por el parque de invierno y así sucesivamente poco a poco siguiendo los tutoriales que más me convencían de internet fui capeando la recuperación. Progresando, hasta que a las tres semanas tuve revisión con el médico y le pedí iniciar una rehabilitación tutorada. Pero, entre tanto en España se había declarado el estado de alarma nacional obligándonos a recluirnos en nuestras casas con el fin de que el sistema de salud no colapsara ante la pandemia del COVID-19. Adiós rehabilitación con fisioterapeutas, bienvenido a búscate la vida.
 En la Clinica Asturias, durante la convalecencia en compañía de Julia, mi hija.
Las semanas de antes del confinamiento, se hicieron llevaderas gracias a las visitas y llamadas de mis amigos, de los de verdad. De los que sin pedirles nada te lo dan todo, de los que sabes que siempre están ahí y hacen de este mundo un lugar agradable en el que vivir. Pero, con el confinamiento impuesto las visitas se cortaron. Primero me quedé sólo en el piso de Oviedo, chutándome las últimas dosis de Heparina (anticoagulante) a pesar de mi alergia a las agujas. Después del día del padre, marché clandestinamente a Cudillero para hacer mi reclusión más llevadera a pesar de solo poder hablar con mi hija por Facetime. En Oviedo tenía una rutina de ejercicios de entrenamiento centrados en fortalecer todos los músculos afectados por la operación. Luego bajaba al trastero y seguía con los ejercicios en la tabla multi-presa, para no perder demasiada fuerza en los brazos y manos de cara a cuando pudiera volver a escalar. Subía a casa y me conectaba a las redes sociales. Al principio no leía, me dolía demasiado para concentrarme en la lectura. Suplía la lectura por series de Netflix y HBO. También me puse morado con pelis de esquí y de escalada en Youtube y por supuesto la de Solo del Alex Honnold. Ahí me enteré de que es vegetariano, de que tiene una fundación que financia con un porcentaje de lo que gana para llevar equipos de electricidad y agua potable a pueblos alejados del primer mundo. Paradojas de la vida algunos llaman ahora al COVID-19 el COVID-FEAR (JUSTO), porque no distingue entre primeros y terceros mundos. Nos obliga a ser solidarios, nos hace sentirnos dependientes…, por lo menos del sistema de salud, de los cajeros de los supermercados, de los supermercados, panaderías, farmacias, los limpiadores, los policías municipales, nacionales, la guardia civil, los militares de la UME, los que no son de la UME, los camioneros, los agricultores, los ganaderos, la industria primaria, la electricidad, telecomunicaciones, agua. Los que tele-trabajan para todos los demás. Somos solidarios. Nos sentimos solidarios. O NO. Simplemente sentimos miedo, pánico por ese virus que sabe dios de donde viene y con qué intenciones. Denunciamos al que vemos por la calle por insolidario. ¡Quédate en casa! Hijo de Puta, nos vas a matar a todos. Da igual que el que pasea tenga perro o niños hacinados, o esté tullido y tenga que rehabilitar (como es mi caso). Porque el sí puede y yo no. En los USA una de las industrias imprescindibles son las armerías. Está claro si no le puedo meter dos tiros al COVID-19, se los meto al vecino de enfrente, o a la parienta si me cabrea…

A cuatro semanas del confinamiento seguimos mirando la curva, o mejor las curvas. Vemos la nuestra y la comparamos con la de nuestros vecinos los italianos, con la de los alemanes, franceses e ingleses, con los americanos. Con la de los chinos no. Ya nadie se la cree. Pero las otras ¿son más creíbles? En Francia, por ejemplo, no computan los muertos en las residencias de ancianos. Sabemos que, en todos los casos, los números oficiales son sólo un porcentaje pequeño de los reales. Extrapolamos los casos reales a los porcentajes que lanzan desde la OMS a partir de los datos de muertos diarios y totales. Cuando todo esto empezó la mandataria alemana Merkel lanzó esa famosa frase de que se podría contagiar hasta el 70 % de la población mundial. Fue el primer colapso de las bolsas. La OMS hablaba de 1% de mortalidad para el COVID, frente al 0,1% de la gripe. Enseguida hice las cuentas. Las cifras eran devastadoras: 40 millones de muertos en todo el Mundo. 300.000 muertos sólo en España. ¡Pánico total!

Siguen llegando datos a cuenta gotas. Parece que de los muertos oficiales en China hay que multiplicarlos por entre 10 y 20, cálculos hechos basados en la actividad de los crematorios y funerarias de la zona. Donal Trump pasa de: no pasa nada a la cuarentena, ahora quiere abrir USA again, antes era levantar la frontera en México…Boris Johnson, el Maquiavelo de Inglaterra, también ha dado un giro de 180º. Bolsonaro se queda sólo con el catarrinho...No. Están los suecos. Los suecos, siguen paseando por las calles ¿por qué?

Lo que nadie nos explicó desde el principio es que frente a estas pandemias hay sólo dos estrategias posibles, mientras llega la inmunidad con la vacuna (futuro incierto) que son: no hacer nada y esperar a que la población se inmunice colectivamente. O la opuesta que es evitar lo más posible contagios para frenar la expansión de la pandemia. Eso sí las medidas de higiene siempre son buenas.
La primera opción inicialmente parece buena. La economía no se para. Las libertades no se restringen. Pero el problema es que el virus mata a todo el que potencialmente pueda matar (los números iniciales). En USA serían según los últimos cálculos entre 2 y 3 millones de personas. ¿Qué gobernante se atrevería a no hacer nada con esas cifras? Por eso los giros de actitud de los gobernantes populistas.

La segunda opción es más dolorosa, pero parece que puede disminuir las cifras de muertos en un orden de magnitud. Por ejemplo, en España nos quedaríamos sólo con entre 20.000 y 30.000 muertos. Aterrador sí, pero mejor que 300.000 muertos. Parece ser que a los países más al norte la afectación es menor por un tema de Ferritina, de ahí que los suecos sigan con la estrategia de inmunidad colectiva.

Pero qué pasa con el resto del mundo. Nosotros estamos mal, pero tenemos un sistema de salud y bienestar que nos ofrece unas ciertas garantías. Pero que pasa en África, Sudamérica, Asia, Rusia.
Las medidas de reclusión son necesarias para evitar que el virus mate a toda la gente que pueda potencialmente. En la reclusión del crucero Princess sólo se alcanzó el 20% de infectados, no el 70% como auguraba la Merkel, cuando a la vez se negaba a los Corona-bonos junto con el primer ministro holandés en la última reunión de los presidentes de los estados de la Unión Europea. ¿Por qué?
De nuevo los calvinistas y luteranos nos acusaban de no haber ahorrado lo suficiente en época de bonanza. Mientras en esa época de bonanza, nos utilizaban como expansión de su mercado para evitar que ellos entraran en recesión…Ahora titubean. No por solidaridad, sino porque saben que si se quedan sin españoles, italianos, griegos, portugueses, irlandeses, franceses y centro-europeos para comprar, a quién les van a vender. ¿a los sirios?
Y ¿qué hay de nuestro colchón? ¿Sudamérica? Oh hermanos americanos necesitamos expandir nuestro mercado para tener el colchón que los norteuropeos  tienen a nuestra costa….No cuela. Así empezaron las dos primeras guerras mundiales.

Donald Trump quiere abrir de nuevo USA porque son el paradigma del sistema capitalista. Se pueden permitir 2 millones de muertos, pero no que caiga Wall Street.
Y ¿qué pasa con los chinos? La semana pasada una prestigiosa revista científica (Nature) publicaba un artículo que desmentía la teoría conspirativa del COVID-19. el argumento irrefutable es que la mutación del virus era por causas naturales y no por ingeniería genéticas. Aceptando estas conclusiones, no podemos descartar que, aunque el virus haya sido una mutación natural, el manejo del efecto del virus por parte de las autoridades chinas no se haya producido con una clara intencionalidad.

¿Cómo es posible que el virus se expanda por todo el mundo y que el centro financiero de china Shanghái o su centro de poder político Beijing, salgan inmunes de esta pandemia?
Mientras las economías capitalistas de todo el mundo empiezan a caer, caen y caerán, China parece resistir y sin duda se fortalecerá en relación con el resto del mundo. En una conferencia que el magnate y filántropo Bill Gates impartió hace ya cinco años predijo que la próxima gran crisis mundial no sería por los misiles sino por una pandemia vírica. Que el ébola no se podía expandir porque su letalidad era tal que a los infectados los dejaba en su sitio, pero ¿qué ocurriría si el virus era menos agresivo en algunos infectados? Él dijo que se estaba a tiempo de evitar sus efectos y dijo cómo. La conferencia estaba llena de gente aplaudiendo, pero después nadie actuó. Él tampoco. Los gigantes tecnológicos vieron venir el sunami chino, pero sólo cancelaron el Mobile World Congress. Google analiza ahora la caída de movilidad global con una resolución que mete miedo, pero no actúan. Son como Dios: ellos ven, pero no interfieren. O si actúan y se alían a conveniencia en cada momento.

Y volviendo aquí, a España. Las noticias diarias de la evolución de la crisis la dan un comité en las que el responsable epidemiológico da paso a los generales, jefe de la policía y responsable de transporte. El jefe de gobierno nos va ampliando el horizonte de salir de casa cada dos semanas otras dos semanas más, a la vez que su jefe de gabinete de prensa va dando la palabra a cada vez menos medios de comunicación. Los vecinos nos miramos con cara de recelo, como los políticos de la oposición, denunciamos a los de abajo, a los que salen a la calle y algunos aplaudimos a las ocho de la tarde a los sanitarios y a todos los demás. La mayor parte de la cobertura de la noticia se tiñe de prensa amarilla, más que de prensa fiable y de analistas documentados que nos cuenten las noticias con un cierto criterio alejado de improvisación. Los empresarios claman por no pagar impuestos y los trabajadores por poder pagar la renta de su piso de alquiler. Los ancianos o están recluidos y solos, o simplemente están muertos esperando su turno para ser quemados en los crematorios, mientras las funerarias intentan hacer su agosto. También los vendedores ambulantes de mascarillas. Parece que la curva se aplana…, pero después de que se aplane va a haber que hacer frente a una crisis económica sin precedentes en la que la solidaridad no va a existir. O sí. Sabemos que a pesar de depender de nosotros mismos, también de todos los que nos rodean, de todos nuestros vecinos: granjeros, agricultores, tenderos, sanitarios, policía, barrenderos…, de mucha gente. Del esfuerzo colectivo de todos podremos salir a delante y también nuestros hijos y nuestros mayores. Seremos solidarios por necesidad. Hace ya unos años en un viaje a Taghia (Marruecos) coincidí con una pareja de filósofos franceses que me decían que la solidaridad sólo existía cuando había necesidad. Que los ricos no eran solidarios y que esto estaba probado científicamente.

Habrá nuevos tiranos, nuevos déspotas que sean más listos que nadie y menos culpables que todos. Sigo sin saber si esto es una conspiración de China, si alemanes y holandeses seguirán perteneciendo a la Unión Europea o el Sur de Europa les habremos puesto en cuarentena. Tampoco sé si esta crisis se llevará a Boris Johnson o si Donald Trump acabará poniéndose la mascarilla. Pero yo he aprendido algo de lo que antes del COVID-19 dudaba: somos en general buena gente. Aunque sea por necesidad. Lo estamos demostrando. La resilencia o capacidad de adaptación a los ecosistemas cambiantes es lo que según Darwin ha marcado la supervivencia de las especies.

En el inicio de esta cuarta semana de confinamiento en Cudillero sigo una rutina diaria. Me levanto, desayuno hago mis ejercicios de rehabilitación, leo, hago las tareas de la casa, escucho a los medios de comunicación. Estudio. Hablo con mis amigos y cada día deseo con más fuerza que todo esto pase de una vez. Cuando mi compañera vuelve de su trabajo en el hospital de Avilés, salimos clandestinamente paseando por un corta-fuego para poco a poco ir rehabilitando la cadera y por salud mental. Sé que soy un privilegiado por poder pasear y que seguramente sea ilegal, pero también sé que no hago ningún mal a nadie paseando porque salinos solos y a nadie damos mal ejemplo porque nadie nos ve.

Deseo que al menos esta vez sí aprendamos la lección. Que no nos olvidemos del dolor que todo esto está produciendo y va a producir. Que busquemos a los responsables y nos solidaricemos con todos nuestros vecinos. No vivimos en el medievo para concluir que: Esto es un castigo de Dios. Desde que vivimos en la era moderna basada en la ciencia y no en la religión, sabemos que todo efecto tiene su causa. Deseo que respetemos la naturaleza porque es la única manera que tenemos de proteger el futuro de nuestros hijos. Los solidarios por obligación necesitamos poco para ser felices: sólo saber que estáis ahí y que como dice la canción de Rosendo: Puede salir el Sol, … puede ser la solución. Tener claro que el Sol saldrá de nuevo y que juntos disfrutaremos de su calor.

Cuidaros mucho.

Os quiero ver a todos de nuevo,
después de que se vaya este virus de mierda. No resistiendo pero si resiliendo.

Meteoasturias mañana y tarde

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Riesgo de aludes

En YouTube podéis ver videos espectaculares de avalanchas y aludes de nieve relacionados con el tema para que veáis que el tema cuando está chungo hay que ir con mucho cuidado...La vida es lo único que realmente poseemos.

Riesgo de aludes comentado

Cross Telegrafo 2009

Economía del crecimiento y obsolescencia programada

No me voy a calzar un rollo socio-económico a cerca del absurdo sistema que hemos creado entre todos para el interés de unos pocos y la desgracia de todos (ya hay mucho y bueno en la red para informarse, sólo tenéis que utilizar el título de la entrada como búsqueda). Simplemente voy a decir que No me gusta y como No me gusta que me obliguen a consumir más para seguir “creciendo y así salir de la CRISIS” y no me gusta comprar en tiendas que luego no se responsabilizan de los productos que venden. Voy a convertir esta entrada en una página de denuncia (que espero vayáis incrementando vosotros) en las que pondremos productos que cuesta más su arreglo que uno nuevo y tiendas con una atención al cliente deficiente o nula.

No es simplemente el derecho al pataleo. Es que lo que no se denuncia se acaba enquistando en el sistema….en NUESTRO SISTEMA.

Ahí van los primeros de la lista (que sirvan de modelo para como podéis denunciar aquí casos similares para que todo el mundo lo sepamos):

Producto:

Cámara digital Sony Cybershot DSC-W200

Antigüedad: 4 años

Incidencia: la pantalla manda un mensaje de apagar y volver a encender la cámara (no deja tomar fotografías) Fallo: al parecer de la fuente de alimentación o la placa base????. Intenté repararla en tres establecimientos de informática.

Establecimiento de venta:

Morés: una empresa de artes gráficas fundada en 1977 en la calle Viaducto Marquina (Oviedo, España).

Motivo: Resolvieron el problema diciéndome que contacte yo directamente con los servicios técnicos de Sony?????.


p.d: podéis mandarme vuestras experiencias como comentarios que yo las trasladaré a la lista. Gracias

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