El quinto más

Hubo un tiempo en que los hombres habitaban las llanuras fértiles y templadas y miraban a las montañas con miedo. Era el miedo a lo desconocido. Poco a poco el hombre, se adentró en ellas y con mucho respeto empezó a trazar líneas imaginarias que llegaban a sus cumbres. Supongo que en esa evolución un día apareció una línea que para superarla se hizo necesario el uso de las manos y los pies….y así comenzó la escalada.
Mucho tiempo después conforme las líneas fueron más y más osadas, ya no sólo fue necesario escalar sino que la escalada se hizo tan difícil que para no morir en el intento se empezaron a inventar artilugios que facilitaran la escalada. Lo primero fue el uso de cuerda, después vendrían los clavos, los mosquetones….los estribos. Nada ya parecía imposible pues cualquier línea se podía trazar. Pero enseguida se alzaron voces en contra del uso de medios artificiales para escalar y se separó la escalada artificial de la escalada en libre. Ya existía un grado en las vías que separaban las vías fáciles de las muy difíciles. En ese momento, no obstante hablar de una dificultad de V+ podía significar paso tan difícil que te tenías que agarrar al clavo para superarlo, o que sólo lo había liberado el mejor escalador del momento…todo eso era el V+. Vías de VI no existían porque eso sólo se escalaba en no sé qué país donde los escaladores eran la hostia….
Después ya conocéis la historia. Llego la escalada deportiva. No sólo se subía por líneas imposibles con la única ayuda de los pies y las manos, sino que esas vías que hacía años resultaban casi imposibles se hacían en tiempos record y el grado por arriba subió tanto que fue necesario utilizar una graduación alfanumérica que superó esa dificultad máxima en nada más y nada menos que once veces para alcanzar el 9b. No tenía ningún sentido el hablar por lo tanto de vías extremadamente difíciles de V+ o de VI. Es más, un escalador que sólo hiciera ese grado no se le podía considerar ni escalador….Así en nuestra evolución como escaladores nos adaptamos al entrenamiento sistemático y programado, al uso de magnesio, a probar las vías por arriba, a dejar distanciados sólo en esos pasos que ya sabemos que no nos caemos y a poner las cintas o dejar alargados estratégicos en aquellos que sabemos que tenemos altas posibilidades de caer. Cada seguro cuelga de un “parabolt” de métrica 8 o 10, o mejor de un químico y así orgullosos de escalar en “libre” vemos que gracias a nuestra constancia y evolución ahora hacemos 7b cuando antes sólo éramos capaces de escalar V+….o no???
Un par de semanas escalando por los Picos de Europa me han tirado por el suelo toda esta teoría ¿Cómo es posible escalar 7b en deportiva y no ser capaz de pasar por un V+?
Parece que hay truco no???
Pues no, es fácil de explicar. Sales de una reunión montada con fisureros, progresas por un terreno que cada vez es más difícil de proteger de forma segura y emplazas dos o tres quitamiedos hasta que llegas a lo que vislumbraba desde abajo como un cordino. No es solo un cordino son tres. Dos cordinos blancos por descoloridos están unidos a uno posterior de color azul. Todos cuelgan de un clavo plano metido sólo hasta la mitad. El clavo está doblado 180 grados lo que evidencia que alguien anteriormente se ha caído, o ha colgado y lo ha doblado. Si eres buen interpretador de vías a estas alturas tienes claro que al menos tres tíos más se han bajado de allí…. Miras hacia arriba y el terreno se ve fácil…Es sólo V+. Pero ya no hay más clavos a la vista, ni tan siquiera doblados, no hay mas que un canalizo que se proyecta hacia arriba vertical y romo hasta que la línea se pierde en el horizonte del cielo azul. Tanteas subes unos metros pues arriba tiene que haber cazo….pues va a ser que no que no hay cazo. Vuelves la cabeza hacia el clavo y calculas que …mas o menos el que calló debió volar desde donde estás tu ahora…mas arriba imposible…no hubiera aguantado….Buff….Piensas como me voy a bajar de aquí….Si además ya había hecho la vía (pero claro por otro lado evitando el V+….), pues sí para abajo con el rabito entre las piernas a hacer algún 7a a vista….y con parabolts….



De estos ejemplos en los Picos hay 27 y mas. Placas lisas con un único seguro o sin ninguno en 50 metros, largos tan verticales como rotos con seguros dudosos, destrepes a pelo hacia lo desconocido. Y no, no los abrió el Dan Osman o el Potter…, No. Los abrieron gente que no sabían de grados, simplemente sabían escalar y cuando la situación se ponía chunga en lugar de apretárseles el culo buscando un parabolt, se les iluminaba la cara y te miraban con una sonrisa que se traducía en: ahora empieza lo bueno…Hubo una vez un tiempo en que a las montañas se las miraba con respeto. Si buscas eso: los Picos no te defraudarán…..